Garnacha
La garnacha fina es una variedad muy extendida en el mundo, y muy en concreto por Aragón y Cataluña, y en el Sur de Francia. Su origen es aragonés, y en el Siglo XII estaba plantado junto con el Crespiello.
Es una variedad rústica, vigorosa, y en principio muy productiva, da muchos racimos de flores, pero no transforma todas flores en granos de uva, y esto hace que produzca vinos muy concentrados y valorados, pero también para los viticultores ha supuesto un inconveniente para su cultivo. Esta sensibilidad hacia “el corrimiento”, se ha ido estudiando, y se han ido seleccionando clones menos sensibles, y con idéntica calidad.
Esta Garnacha fina está plantada sobre un suelo muy original y único. Son tierras muy ricas en cal, de piedras calizas de una granulometría que permite drenar con facilidad el agua. En el subsuelo profundo a 3 metros como mínimo hay corrientes subterráneas, que aportan de forma muy limitada la humedad precisa, para conseguir madurar lentamente la uva, soportando altas temperaturas. La altitud media va desde 450 a 600 metros.
La producción de 5000 Kg/Ha aporta uvas concentradas, con una maduración fenólica perfecta, que originan vinos con una gran fruta fresca, y una elegante carnosidad. Que envejecen en barrica manteniendo la fruta, y el frescor.